De acuerdo a la Tradición Lakota, practicamos este bello ritual de sanación y orientación física, emocional y espiritual. Bajo los símbolos del Águila dorada (Este), el Jaguar (Sur), el Oso negro (Oeste) y el Búfalo blanco (Norte). Hacemos un saludo ritual a cada dirección, saludando a los abuelas y abuelos, relacionando las características de cada una de las direcciones. Generalmente lo hacemos en la mañana o cerca del medio día.
Se hace con el saludo a las cuatro direcciones y a los tres corazones (cielo, tierra y humanidad)
De frente al Oriente, manos levantadas a la altura de los hombros con las palmas adelante, pronunciamos esto, o una fórmula similar:
- Saludamos al Espíritu del Oriente (manos hacia el cielo oriental)
- Que el Viento del Este nos traiga sus dones. (bajamos las manos al pecho)
- Abramos nuestro corazón a sus Poderes. (hacemos el gesto de abrir el pecho)
- Poderes del Aire (visualizamos que estamos inhalando por ambas fosas un aire muy puro)
- Que deposito al oriente del altar de mi corazón(visualizamos que depositamos ese puro incienso de aromas sutiles al centro del pecho, hacia adelante)
- Saludamos a la Pareja Regente del Reino Celestial del Oriente, Reino del Aire, danzando, junto con sus súbditos, la danza del Aire del amanecer. (levantando los brazos hacia el cielo oriental, como contemplando esa pareja de espíritus de luz)
ALCE NEGRO (BLACK ELK)
(1863-1950) Jefe Sioux Oglala
“Y allí estaba yo, de pie, en la cumbre de la más alta de las montañas
y abajo, a mi alrededor, se encontraba el círculo del mundo.
Y mientras allí estaba, contemplé más de lo que puedo describir.
Y comprendí mucho más de lo comprendido hasta entonces; pues veía de un modo sagrado la forma de todas las cosas en el Espíritu,
y la Forma de todas las formas, como si todo estuviera unido,
cual si fuera un único ser. Y contemplé cómo el círculo sagrado de mi pueblo era uno de los muchos que componen el Gran Círculo,
amplio como la luz del día y como el fulgor de las estrellas en la noche; y en su centro crecía un árbol majestuoso y florido, para cobijar a todos los hijos de una misma Madre y de un mismo Padre.
Y vi que todo aquello era sagrado.”